España pierde una década en innovación: Croacia y Estonia ya nos han adelantado.

(Javier Jarrín, El Confidencial)

La economía española ha experimentado importantes cambios en la última década que van desde el superávit de la balanza por cuenta corriente hasta el desplome de la construcción. Pero algo permanece sin cambios: el bajo nivel de innovación que incorpora el tejido. En estos años no se ha producido avance alguno, lo que ha provocado que España se quede atrás respecto del resto de países desarrollados. Este déficit inversor determina la existencia de puntos débiles en la economía española, como son la baja productividad, la precariedad en el empleo o la ausencia de convergencia con la Unión Europea.

No te preocupes por sonar profesional. Suena como tú. Hay más de 1500 millones de sitios web, pero tu historia es lo que lo diferencia del resto. Si vuelves a leer las palabras y no oyes tu propia voz en la mente, es una señal de que aún tienes mucho trabajo por hacer.

Sé claro, ten confianza y no lo pienses demasiado. La belleza de tu historia es que continuará evolucionando y tu sitio evolucionará con ella. Tu meta debe ser que sea correcto para el momento. Más tarde, funcionará solo. Siempre es así.

Los datos proceden del Indicador de Resultados de Innovación (IOI, por sus siglas en inglés), un índice elaborado por el Centro Común de Investigación, dependiente de la Comisión Europea y que mide el nivel de absorción de la innovación por parte del tejido productivo. Esto es, no sólo tiene en cuenta la I+D desarrollada por las propias empresas, sino también la adquirida para potenciar su producción.

El estudio sitúa a España entre los peores puestos no sólo de Europa, también de los países desarrollados del mundo. Dentro de la UE de los 27, España ocupa el puesto 20, por detrás de Croacia y por delante de Lituania. Y a nivel global, se sitúa en la posición 32 de los 46 analizados. En esta última década ha sido adelantada por Croacia y por Estonia, lo que refleja el bajo nivel innovador que tiene actualmente en la economía española.

En líneas generales, el estudio refleja la existencia de tres grandes problemas en España: la escasa participación de los sectores punteros, la escasez de empresas en la frontera del conocimiento y la cantidad de empresas que no incorporan activos ni procesos innovadores. Esto da, como resultado, un tejido productivo de escaso valor añadido y obsoleto que complica la convergencia de España con los países líderes.

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