La Paradoja de la Productividad en España: por qué cuanto más trabajamos, menos productivos somos.
Te encuentras con un amigo al que hace algún tiempo que no ves. “¿Qué tal andas?”, preguntas. “A tope, todo el día currando. No paro.” Haces una videollamada con una persona que estás conociendo en ese momento, y al principio de la conversación, mientras estáis con los preliminares, y preguntas el típico “¿cómo vais?”, sale el igualmente típico “no paro, voy de Teams en Teams todo el día…”. ¿Te suena?
Si todos estamos trabajando tanto a todas horas… ¿cómo es posible que cada vez seamos menos productivos?
La productividad por ocupado en España apenas creció un 0,7% entre 2013 y 2023, en contraste con el 5,9% de crecimiento en la UE.
En el período 2018-2023, la productividad por ocupado en España descendió un 1,9%, mientras que en la UE aumentó un 1,3%.
Puedo ver tus ojos haciendo ese gesto de emoji (rolling eyes) de cuando te aburre profundamente un tema porque te resulta ajeno y cansino. Te equivocas.
La baja productividad de tu empresa (y la tuya), tiene consecuencias muy reales en tu vida:
Tu sueldo es más bajo de lo que quieres/necesitas. Y no crece. Si eres “joven”, ten buena relación con tus padres, que te queda un rato. La edad media de emancipación es de 30,4 años en 2023 (vs 26,3 en la UE).
Tu situación laboral es inestable. Ya has visto muchas “reorgas”, probablemente has padecido alguna. Si te acercas a los 50, tienes cromos para la siguiente. Pero muchos.
Tu trabajo te aburre. No te acuerdas de cuándo fue la última vez que hiciste algo nuevo. Y sientes que te estás “quemando”. El 43% de los profesionales en España sufre ‘burnout’ o fatiga por su situación laboral. (1)
Pues “habrá que reducir la jornada laboral”. ¿No? Ojalá que fuera un debate. Aunque sólo fuera por ocupar el espacio y el tiempo que se dedican a algunas de las imbecilidades de debates (sic) que nos persiguen -otro día hablamos del papelón de los medios de comunicación en el estado del país… Si Balbín levantara la cabeza…
La reducción de la jornada laboral es un tema demasiado amplio para este artículo, y está lleno de todo tipo de trampas políticas. Hagámoslo fácil.
La fórmula básica de la productividad es Output/Input. La cantidad que se produce, partido por los recursos que se utilizan para producir. Si crees que, sin mediar otros cambios, se puede reducir lo segundo sin afectar lo primero, no hace falta que sigas leyendo. La puerta que buscas está entre la demagogia y la irrealidad.
El museo del comunismo en la República Checa tiene este bonito cartel para describirnos a los demás lo que hay detrás de la puerta:
Que el problema de la falta de productividad (recuerda, el que hace que tu sueldo sea insuficiente, tu trabajo inestable, y tu salud mental precaria) no se resuelve trabajando menos, es tan seguro como que tampoco se resuelve trabajando más. Ya hemos andado ese camino durante muchísimas horas extras. Y ahí seguimos.
La solución teórica es fácil. Hay que ser más eficientes. Cuando un consultor entra por la puerta con el catálogo de medidas para mejorar la eficiencia, ya sabemos lo que sigue (ver “reorga”). Y el siguiente paso es innovar.
Innovar quiere decir “mudar o alterar algo, introduciendo novedades”.
Y el sinónimo con el que se asocia por defecto es “tecnología”. Hoy en día, tecnología digital, fundamentalmente. España ha invertido 20.000 millones de euros en la transformación digital del “tejido productivo español”. Qué es eso y donde está, no está muy claro. Pero sí sabemos dónde no está: solo el 18,6% de los autónomos (16% de la población activa) ha solicitado o planea solicitar las ayudas del Kit Digital. Cómo será el tema de útil para que, quienes más lo necesitan, no lo quieran ni gratis. O cuántos, de esos 20.000 millones de euros, llegan finalmente a los autónomos y a las empresas, y cómo de fácil será el proceso de solicitud para que el 80% piense que no merece la pena el esfuerzo de solicitarlo. Dejo también para otro artículo la OBSCENIDAD de la ineficiencia de la Administración. Pero sí te dejo estos tres datos para pensar:
España es el país de la Unión Europea que menor porcentaje de fondos europeos estructurales ha ejecutado entre 2014-2020. El ultimo. En total, España ha utilizado hasta septiembre de 2023 cerca de 47.315 millones de euros, lo que en términos porcentuales corresponde al 63%.
Hay 3,5 MILLONES de empleados públicos en España (17% del total de población empleada). No parece que sea falta de manos.
El IMD hace un estudio anual sobre la eficiencia de los gobiernos (Theworldranking.com). Su ranking indica la medida en la que las políticas gubernamentales conducen a la competitividad.
En el año 2018 estábamos en el puesto 38º. En 2023…en el 58º (de 67 países en el ranking). Con Ghana, 59º, en los talones.
Pero volvamos a lo nuestro. Queremos saber si la digitalización puede ser la solución al problema endémico de baja productividad de las empresas españolas, y por tanto capaz de mejorar tu salario, la estabilidad en tu empleo, y tu salud mental en el trabajo. Pues va a ser que tampoco: el 70% de las “transformaciones digitales” no alcanzan sus objetivos (2).
El Indicador de Resultados de Innovación, un índice elaborado por el Centro Común de Investigación, de la Comisión Europea y que mide el nivel de absorción de la innovación por parte del tejido productivo, sitúa a España entre los peores puestos no sólo de Europa, también de los países desarrollados del mundo. Dentro de la UE de los 27, España ocupa el puesto 20, por detrás de Croacia y por delante de Lituania. Y a nivel global, se sitúa en la posición 32 de los 46 analizados. En esta última década nos han adelantado Croacia y Estonia.
Javier Jorrín, titula en El Confidencial: “España pierde una década en innovación”. Cuando analiza los principales motivos, dice:“El bajo nivel formativo de los directivos y empresarios españoles, (es) un problema muy diagnosticado por la literatura económica”. No sé si es por formación, pero desde luego sí por devoción. A lo largo de mi vida he sido testigo directo de lo ajeno que nos sigue resultando la idea de experimentar para innovar. Lo de “los experimentos con gaseosa” es tan vigente hoy como cuando Eugenio D´Ors acuñó la puñetera frase. En la actitud, seguimos en aquél café del siglo pasado.
“Si no existen empresas que incorporen los procesos más innovadores, es difícil que España pueda converger en productividad con los países líderes”, escribe Javier. Yo matizo:
si TÚ (que estás leyendo esto) no innovas, la productividad de tu empresa no va a mejorar. Y tu salario, la estabilidad de tu empleo y tu salud mental (en el ámbito laboral), tampoco.
Es altamente probable que tu jefe no lo haga. Es seguro que los políticos no lo van a hacer. La tecnología te va a ayudar. Y cada vez más. La IA te lo va a poner cada vez más fácil. Pero, de momento, hasta que no lleguemos al mundo Wall-e, no lo va a hacer por ti.
Empieza a innovar HOY. Piensa en una idea nueva sobre cómo mejorar algo que haces. O sobre un oportunidad que te ronda la cabeza. Diles a los que están contigo que lo estás haciendo, e invítales a que lo hagan. Comparte este artículo con ellos.
Cuando seamos muchos más los que “introducimos novedades para mudar o alterar algo” -los que innovamos- de forma constante, en el ámbito de responsabilidad que tenemos cada uno, mejorará la productividad. Y tu salario, la estabilidad de tu empleo y tu salud mental (por lo menos en el trabajo), también.